http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7226
La
aparición de niñas posando como modelos adultas, con maquillaje y
posturas sugerentes, es una realidad demasiado frecuente en nuestra
sociedad. La moda, las redes sociales, la necesidad de gustar y el culto
a la belleza, están haciendo que nuestras hijas crezcan antes de
tiempo.
Para tratar la hipersexualización de la infancia y sus consecuencias en el desarrollo de los menores, Infocop ha querido entrevistar, como experto en el tema, a Benjamín Ballesteros Barrado.
Este psicólogo ha sido profesor en la Universidad Complutense de
Madrid, y posee 19 años de trayectoria profesional vinculado a la
infancia a través de la Fundación ANAR donde
es Director de Programas, lo que le convierte en un experto en los
problemas que afectan a los niños y adolescentes de nuestro país.
Además, es autor de varias publicaciones de gran impacto nacional y ha
participado como ponente, y también como organizador de múltiples
Congresos y Foros nacionales e internacionales de gran prestigio.
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ENTREVISTA
Como saben nuestros lectores, la Fundación ANAR es una organización sin ánimo de lucro que trabaja en la promoción
y defensa de los derechos de los niños y adolescentes en situación de
riesgo, cuyo programa más conocido es el Teléfono de Ayuda para menores.Como
director de Programas de esta fundación, ¿podría decirnos cuales son
las problemáticas más frecuentes con las que se encuentran en su
quehacer diario? ¿Podría comentarnos brevemente cuáles son las
actuaciones que lleva a cabo la fundación ANAR una vez que detecta algún
caso que necesita intervención?
El Teléfono ANAR en el año 2016 ha atendido un total
de 468.754 llamadas, es decir una media de 1.200 llamadas diarias para
atender 9.910 nuevos casos graves. Del total de casos, el 62,4% de las
consultas de adultos en relación a menores de edad y el 48,3% de las de
los niños/as y adolescentes hacen referencia a situaciones de violencia
ejercida hacia un menor en cualquiera de sus formas (maltratos
intrafamiliar, abuso, agresiones, bullying, violencia de género). Por
tanto, la violencia es el principal motivo de consulta, seguido de
problemas psicológicos como las autolesiones, ideaciones e intentos de
suicidio, trastornos de alimentación, soledad, miedo, etc. Los problemas
de relación serios con las personas de su entorno, también son una
preocupación para los menores de edad que se acercan a nuestras líneas
de Ayuda.
En cuanto a la atención de las llamadas, se sigue un
protocolo de actuación, pasando por la recepción cálida de la llamada,
centrada en el establecimiento del vínculo, legitimando emociones y
valorando los recursos y habilidades que tiene el menor de edad para
hacer frente a su problema y los familiares de apoyo con los que
cuenta. El objetivo es que los jóvenes sientan que no están solos y que
al otro lado hay un profesional especialmente preparado y formado,
dispuesto a facilitarle una ayuda inmediata. Si durante la llamada, el
menor de edad no puede hacer frente a la situación por sí solo,
necesitaremos derivar el caso a un recurso o profesional del entorno. Si
vemos que el caso es una situación de alto riesgo o desamparo, entonces
trataremos de realizar una intervención de urgencia con los organismos
competentes (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, emergencias 112).
A consecuencia de unas polémicas
declaraciones de un conocido juez de menores, se está hablando mucho
sobre la excesiva y temprana sexualización de las expresiones, posturas y
fotos de los menores, en especial de las niñas. Como psicólogo experto
en niños y adolescentes, ¿qué piensa sobre este tema? ¿Ha notado algún
cambio en la precocidad con la que aparecen estos comportamientos?
Podemos apreciar una clara tendencia a la
hipersexualización de las niñas, que cada vez comienza a edades más
tempranas, observamos que las más pequeñas utilizan expresiones,
posturas o códigos de la vestimenta demasiado precoces para su edad, de
hecho es habitual tratar con niñas de diez años preocupadas por su peso
corporal. También en la publicidad y los medios somos testigos de un
aumento de imágenes de niñas con enfoque sexual.
Las menores desde muy pequeñas son expuestas a
mensajes estereotipados que relacionan la belleza y el atractivo sexual
con el éxito. Estos referentes llegan a través de películas, series,
canciones, videoclips, programas de televisión, redes sociales,
revistas, juguetes, moda… en los cuales se emiten imágenes y modelos de
conducta que promueven una exaltación prematura de la sexualidad de las
niñas. La audiencia de estos contenidos son menores que todavía se
encuentran en proceso de desarrollo de su identidad y que a través de
estos referentes van a normalizar patrones de conducta que no se
correpesponden con su edad, contribuyendo a generar un desajuste en el
desarrollo psicosocial de la niña. Desde edades muy precoces
interiorizan que lo que se espera de ellas es que cumplan con
determinadas comportamientos hipersexualizados, desarrollando jóvenes
vulnerables y superficiales.
Antaño la publicidad, el cine y los medios eran
considerados machistas porque emitían una imagen de la mujer asociada a
rasgos tradicionales, su valor residía en ser buena esposa, tener hijos,
encargarse de la casa, entre otras, lo cual la sociedad actual rechaza e
identifica como sexista. Sin embargo, con el tiempo se ha dado un giro
presentando la figura de la mujer como objeto sexual, ahora su valor
social está relacionado con su atractivo físico; un referente igual de
negativo para las jóvenes. De hecho, recientes estudios sobre las
inquietudes y aspiraciones de las jóvenes han concluido que mientras las
niñas de hace veinte años se preocupaban principalmente por sacar
adelante sus estudios y portarse bien, las inquietudes de las niñas de
ahora giran en torno a su aspecto físico y la aceptación de los demás,
limitando sus aspiraciones profesionales y debilitando su relación con
sus iguales. Presentar a las chicas como objetos sexuales degrada su
valor como mujer y refuerza actitudes sexistas que a la larga favorece
la violencia de género.
Otro factor relacionado con esta cuestión es el
acceso a las nuevas tecnologías que se produce a edades cada vez más
tempranas lo cual conlleva riesgos. Los menores pueden visualizar
fácilmente contenido no apto para su edad, de hecho, según el informe
del Parlamento Europeo del año 2012, ha disminuido la edad de acceso a
la pornografía, que unido a los contenidos sexualmente sugerentes que se
emiten a través de redes sociales, canciones, videoclips, etc; crean
una situación preocupante. Los niños y niñas de edades tan precoces no
están preparados emocionalmente para entender lo que están viendo, de
modo que acaban desarrollando conductas sexuales de alto riesgo, que
implican graves consecuencias como el contagio de ETS, embarazos no
deseados, difusión de imágenes, y degradación de su autoestima.
También detectamos que los adolescentes mantienen
relaciones cada vez antes. En relación con esto detectamos que en los
grupos de iguales existe cierta presión en relación con la importancia
de haber mantenido prácticas sexuales; también ocurre en las primeras
relaciones de pareja, en la que un miembro ejerce chantaje que genera
situaciones en las que las adolescentes se vean forzadas a tener
relaciones sexuales por miedo a perder a su pareja. Los jóvenes no
desarrollan y descubren su sexualidad en el momento adecuado, sino por
presiones que contribuyen a que cada vez disocien más el sexo de las
emociones, relativizan la importancia del sexo pasando de ser una
expresión de amor entre dos personas, a un acto casi deportivo o de
ejercicio físico.
Desde el Teléfono ANAR observamos que la mitad de los
adolescentes que nos consultan por temas de sexualidad, lo hacen en
referencia a relaciones sexuales (51,0%), y un 14,6% sobre el uso de la
píldora postcoital. Las enfermedades de transmisión sexual representan
un 3,6% de estas consultas. En cuanto al perfil de los adolescentes que
nos llaman por problemas de sexualidad, observamos que la edad media se
sitúa en torno a los 15,3 años, no obstante, recibimos casos de menores
de edad preocupados por problemas de sexualidad a partir de los 11 años.
Cabe destacar, que recibimos el doble de consultas de chicas que de
chicos (67,0% frente a un 33,0%), lo que indica que las chicas muestran
mayor preocupación en temas de sexualidad.
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Quizá en España todavía no somos demasiado
conscientes del alcance de la hipersexualicaion precoz de la infancia,
por ello, sería necesario abrir este debate para investigar a fondo esta
problemática y así poder poner en marcha mecanismos de prevención que
ayuden a cambiar una situación con graves consecuencias para las más
jóvenes. En 2007 la Asociación de Psicología Americana, denunciaba la
tendencia sexualizadora hacia los más pequeños, en 2012 lo hizo el
Parlamento Europea, alertando de las implicaciones de la sexualización
infantil precoz y sus graves consecuencias la autoestima de las niñas.
También en Reino Unido, a través del Informe Bailey, advierten de los
peligros que conlleva el hecho de que la infancia esté cada vez más
erotizada. Los informes mencionados coinciden en que la sexualizacion
precoz de la infancia tiene graves consecuencias psicológicas para las
mujeres, destacan los trastornos relacionados con la conducta
alimentaria, baja autoestima, frustración, complejos y depresión.
Además, desde muy pequeñas, las niñas son educadas en torno a elementos
superficiales donde prima la apariencia física en detrimento de su
desarrollo personal y profesional; se les adelantan etapas vitales
impulsadas por la presión social; y se abre un espacio que facilita el
abuso y la violencia contra las mujeres.
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No cabe duda de que las redes sociales se han
convertido en una plataforma en la que los menores intentan conseguir
popularidad y aceptación. ¿Cree que los adolescentes se sobreexponen
mostrando su atractivo físico, en vez de otras capacidades o aptitudes?
Efectivamente, las redes son el instrumento que
utilizan los preadolescentes y adolescentes para proyectar una imagen de
ellos. En las fotos que publican las propias menores exaltan su
belleza, utilizan posturas hipersexualizadas y provocativas para atraer
la atención a rasgos sexuales, que en muchos casos, todavía no tienen; y
que puede llevar a que adultos se interesen por mantener relaciones
sexuales con ellas.
Las menores exponen fotos de ellas mismas de índole
sexual con el propósito de conseguir más “me gusta”, más seguidores,
más visualizaciones de sus vídeos, y ser popular entre sus iguales,
bajo la falsa idea de que el éxito social depende de una imagen,
restando importancia a los valores, conocimientos, etc. No olvidemos que
los adolescentes necesitan sentirse integrados por sus pares, sentir
que son aceptados y pertenecen a un grupo. Las chicas quieren parecerse a
quien admiran, y si las cantantes, modelos, actrices, influencer…
representan a mujeres convertidas en objetos de deseo masculino que al
margen sus aspectos personales son valoradas por su atractivo sexual,
será lo que las menores adopten e imiten.
Todos los expertos coincidís en que el papel de
los padres y los colegios es fundamental para frenar esta “prisa por
crecer” que tienen los niños de hoy en día ¿Qué se puede hacer para
prevenir este problema a pesar de la invasión de las nuevas tecnologías
de nuestra vida cotidiana? ¿Cómo podemos concienciar a nuestros menores
sobre la importancia de la prudencia a la hora de mostrar su intimidad?
Abordar esta problemática necesita un enfoque
integral en que participemos diferentes agentes, padres, cuidadores,
centros escolares, psicólogos, organizaciones de consumidores, de
publicidad, entidades sociales, asociaciones de padres, e incluso al
gobierno.
El papel de los padres es fundamental dada su
proximidad a los menores, deben educarles en la igualdad, evitando
presionarle por su aspecto, concienciándoles de los peligros del mal uso
de las redes sociales y ayudándoles a desarrollar su propio pensamiento
crítico. Pero, además, debería revisar y filtrar el contenido al que
acceden los menores.
Es especialmente importante que ellos entiendan el
concepto de intimidad, que hay cuestiones que no se pueden compartir con
nadie porque son nuestras. Las relaciones no siempre son para toda la
vida, y es delicado compartir información de índole muy privada.
Además ellos deben poder saber, cuando están
aceptando amigos en sus redes, si realmente son amigos, o son personas
que dicen ser amigos de mis amigos. Al final, el concepto “amistad” en
nuevas tecnologías es algo diferente al que utilizábamos antes, por lo
que llegar a esta reflexión con los más jóvenes es fundamental.
Desconfiar de aquel que no conozco, y quiere ser amigo en la red, es
primordial y ante cualquier situación que les llame la atención, contar
con el apoyo de sus padres. Que no tengan miedo de transmitir la
información, que sepan que yo como padre o madre estoy para apoyarle,
aunque me enfade.
Para poder evitar la “prisa por crecer” en nuestros
niños y niñas es importante que los primeros que nos lo apliquemos
seamos los adultos, los padres, que no tengamos esa urgencia de que lo
sepan todo, compitan siempre y tengan que destacar. Tratémosles como
niños/as y adolescentes que son, no como adultos que ya saben cómo deben
regirse.
Otro aspecto, es la educación en los valores
necesarios que nosotros queremos fomentar, ¿qué es lo que verdaderamente
importa?, fomentar su empatía por el otro ¿se rechaza a alguien por su
físico? y cuidar lo que nosotros transmitimos en nuestras
conversaciones familiares.
Además de los efectos en el desarrollo que puede
tener esa “sexualización temprana”, la sobreexposición de la intimidad
también puede tener otras consecuencias negativas. Las redes sociales se
usan con mucha frecuencia para el acoso entre compañeros, en concreto,
en ocasiones se divulgan imágenes íntimas de la víctima para humillarla.
Según los datos que maneja la Fundación ANAR, ¿es frecuente este tipo
de acoso? ¿Qué consecuencias más frecuentes se producen en la víctima?
Sí, en los últimos años observamos que el ciberacoso
se ha incrementado progresivamente, debido a que abre un nuevo escenario
para ejercer violencia en cualquier momento y desde cualquier lugar, es
de fácil acceso e incluso se puede realizar de forma anónima. Desde el
Teléfono ANAR detectamos que en los casos de violencia de género contra
menores adolescentes la mitad de las víctimas han sufrido ciberacoso por
parte de sus parejas o exparejas. También ocurre en los casos de
bullying, si nos remitimos al “II estudio sobre acosos escolar y
ciberbullying según los afectados”, realizado en 2016 por la Fundación
ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, el 26% de las víctimas de acoso
escolar también sufrieron ciberacoso.
Este tipo de violencia genera un gran sufrimiento
para las víctimas que lo padecen sintiéndose muy vulnerables. Entre las
principales consecuencias destacan los problemas psicológicos,
especialmente tristeza, ansiedad y miedo; incluso en los casos más
graves detectamos autolesiones e intentos de suicidio. En muchas
ocasiones estos problemas psicológicos se extienden al ámbito familiar,
cuando los padres ven el sufrimiento de sus hijos y no saben cómo
frenarlo.
Desde hace tiempo tienen en marcha el Teléfono del
Adulto y la Familia, ¿podría contarnos qué tipo de ayuda se puede
encontrar en este servicio? ¿Dónde pueden acudir unos padres que no
saben cómo ayudar a su hijo a manejar algún problema que han detectado
en el menor, como por ejemplo que está siendo víctima de ciberbullying?
Desde que se puso en marcha el Teléfono ANAR, nos
llamaron muchos adultos y familiares que necesitaban encontrar un
servicio de orientación en relación a menores de edad. Sabemos que
detrás de un niño con problemas, siempre hay un adulto que necesita ser
orientado. Nos encontramos diariamente con llamadas de adultos que
están cercanos a los niños/as, que son conocedores de la situación y
que gracias a ellos, salen a la luz situaciones ocultas que afectan a
población especialmente vulnerable (niños por debajo de 10 años), que no
pueden pedir ayuda por sí mismos.
Gracias a un adulto (vecino, profesor, abogado,
viandante, familiar, etc.), se pondrá en conocimiento la situación del
menor de edad, en situaciones en ocasiones muy graves de riesgo y
desamparo.
Desde el Teléfono ANAR del Adulto y la Familia (600 50 51 52)
un servicio anónimo y confidencial, que está activo 24 horas para toda
España, los adultos, padres y familiares van a poder encontrar al otro
lado de la línea a un psicólogo respaldado por el equipo de abogados y
trabajadores sociales que va a poder facilitarle una orientación a nivel
psicológico, jurídico y social en relación a su caso. No sólo en temas
de ciberbullying, sino también en otras situaciones de violencia, dudas
legales, etc... A partir de su llamada, se podrá valorar la derivación o
intervención a los organismos competentes.
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