La aparición de niñas posando como modelos adultas, con maquillaje y posturas sugerentes, es una realidad demasiado frecuente en nuestra sociedad. La moda, las redes sociales, la necesidad de gustar y el culto a la belleza, están haciendo que nuestras hijas crezcan antes de tiempo.
Para tratar la hipersexualización de la infancia y sus consecuencias en el desarrollo de los menores, Infocop ha querido entrevistar, como experto en el tema, a Benjamín Ballesteros Barrado. Este psicólogo ha sido profesor en la Universidad Complutense de Madrid, y posee 19 años de trayectoria profesional vinculado a la infancia a través de la Fundación ANAR donde es Director de Programas, lo que le convierte en un experto en los problemas que afectan a los niños y adolescentes de nuestro país. Además, es autor de varias publicaciones de gran impacto nacional y  ha participado como ponente, y también como organizador de múltiples Congresos y Foros nacionales e internacionales de gran prestigio.
Benjamín Ballesteros Barrado
ENTREVISTA
Como saben nuestros lectores, la Fundación ANAR es una organización sin ánimo de lucro que trabaja en la promoción y defensa de los derechos de los niños y adolescentes en situación de riesgo, cuyo programa más conocido es el Teléfono de Ayuda para menores.Como director de Programas de esta fundación, ¿podría decirnos cuales son las problemáticas más frecuentes con las que se encuentran en su quehacer diario? ¿Podría comentarnos brevemente cuáles son las actuaciones que lleva a cabo la fundación ANAR una vez que detecta algún caso que necesita intervención?
El Teléfono ANAR en el año 2016 ha atendido un total de 468.754 llamadas, es decir una media de 1.200 llamadas diarias para atender 9.910 nuevos casos graves. Del total de casos, el 62,4% de las consultas de adultos en relación a menores de edad y el 48,3% de las de los niños/as y adolescentes hacen referencia a situaciones de violencia ejercida hacia un menor en cualquiera de sus formas (maltratos intrafamiliar, abuso, agresiones, bullying, violencia de género). Por tanto, la violencia es el principal motivo de consulta, seguido de problemas psicológicos como las autolesiones, ideaciones e intentos de suicidio, trastornos de alimentación, soledad, miedo, etc. Los problemas de relación serios con las personas de su entorno, también son una preocupación para los menores de edad que se acercan a nuestras líneas de Ayuda.
En cuanto a la atención de las llamadas, se sigue un protocolo de actuación, pasando por la recepción cálida de la llamada, centrada en el establecimiento del vínculo, legitimando emociones y valorando los recursos y habilidades que tiene el menor de edad para hacer frente a su problema y los  familiares de apoyo con los que cuenta. El objetivo es que los jóvenes sientan que no están solos y que al otro lado hay un profesional especialmente preparado y formado, dispuesto a facilitarle una ayuda inmediata. Si durante la llamada, el menor de edad no puede hacer frente a la situación por sí solo, necesitaremos derivar el caso a un recurso o profesional del entorno. Si vemos que el caso es una situación de alto riesgo o desamparo, entonces trataremos de realizar una intervención de urgencia con los organismos competentes (Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, emergencias 112).
A consecuencia de unas polémicas declaraciones de un conocido juez de menores, se está hablando mucho sobre la excesiva y temprana sexualización de las expresiones, posturas y fotos de los menores, en especial de las niñas. Como psicólogo experto en niños y adolescentes, ¿qué piensa sobre este tema? ¿Ha notado algún cambio en la precocidad con la que aparecen estos comportamientos?
Podemos apreciar una clara tendencia a la hipersexualización de las niñas, que cada vez comienza a edades más tempranas, observamos que las más pequeñas utilizan expresiones, posturas o códigos de la vestimenta demasiado precoces para su edad, de hecho es habitual tratar con niñas de diez años preocupadas por su peso corporal. También en la publicidad y los medios somos testigos de un aumento de imágenes de niñas con enfoque sexual.
Las menores desde muy pequeñas son expuestas a mensajes estereotipados que relacionan la belleza y el atractivo sexual con el éxito. Estos referentes llegan a través de películas, series, canciones, videoclips, programas de televisión, redes sociales, revistas, juguetes, moda… en los cuales se emiten imágenes y modelos de conducta que promueven una exaltación prematura de la sexualidad de las niñas. La audiencia de estos contenidos son menores que todavía se encuentran en proceso de desarrollo de su identidad y que a través de estos referentes van a normalizar patrones de conducta que no se correpesponden con su edad, contribuyendo a generar un desajuste en el desarrollo psicosocial de la niña. Desde edades muy precoces interiorizan que lo que se espera de ellas es que cumplan con determinadas comportamientos hipersexualizados, desarrollando jóvenes vulnerables y superficiales.
Antaño la publicidad, el cine y los medios eran considerados machistas porque emitían una imagen de la mujer asociada a rasgos tradicionales, su valor residía en ser buena esposa, tener hijos, encargarse de la casa, entre otras, lo cual la sociedad actual rechaza e identifica como sexista. Sin embargo, con el tiempo se ha dado un giro presentando la figura de la mujer como objeto sexual, ahora su valor social está relacionado con su atractivo físico; un referente igual de negativo para las jóvenes. De hecho, recientes estudios sobre las inquietudes y aspiraciones de las jóvenes han concluido que mientras las niñas de hace veinte años se preocupaban principalmente por sacar adelante sus estudios y portarse bien, las inquietudes de las niñas de ahora giran en torno a su aspecto físico y la aceptación de los demás, limitando sus aspiraciones profesionales y debilitando su relación con sus iguales. Presentar a las chicas como objetos sexuales degrada su valor como mujer y refuerza actitudes sexistas que a la larga favorece la violencia de género.
Otro factor relacionado con esta cuestión es el acceso a las nuevas tecnologías que se produce a edades cada vez más tempranas lo cual conlleva riesgos. Los menores pueden visualizar fácilmente contenido no apto para su edad, de hecho, según el informe del Parlamento Europeo del año 2012, ha disminuido la edad de acceso a la pornografía, que unido a los contenidos sexualmente sugerentes que se emiten a través de redes sociales, canciones, videoclips, etc; crean una situación preocupante.  Los niños y niñas de edades tan precoces no están preparados emocionalmente para entender lo que están viendo, de modo que acaban desarrollando conductas sexuales de alto riesgo, que implican graves consecuencias como el contagio de ETS, embarazos no deseados, difusión de imágenes, y degradación de su autoestima.
También detectamos que los adolescentes mantienen relaciones cada vez antes. En relación con esto detectamos que en los grupos de iguales existe cierta presión en relación con la importancia de haber mantenido prácticas sexuales; también ocurre en las primeras relaciones de pareja, en la que un miembro ejerce chantaje que genera situaciones en las que las adolescentes se vean forzadas a tener relaciones sexuales por miedo a perder a su pareja. Los jóvenes no desarrollan y descubren su sexualidad en el momento adecuado, sino por presiones que contribuyen a que cada vez disocien más el sexo de las emociones, relativizan la importancia del sexo pasando de ser una expresión de amor entre dos personas, a un acto casi deportivo o de ejercicio físico.
Desde el Teléfono ANAR observamos que la mitad de los adolescentes que nos consultan por temas de sexualidad, lo hacen en referencia a relaciones sexuales (51,0%), y un 14,6% sobre el uso de la píldora postcoital. Las enfermedades de transmisión sexual representan un 3,6% de estas consultas. En cuanto al perfil de los adolescentes que nos llaman por problemas de sexualidad, observamos que la edad media se sitúa en torno a los 15,3 años, no obstante, recibimos casos de menores de edad preocupados por problemas de sexualidad a partir de los 11 años. Cabe destacar, que recibimos el doble de consultas de chicas que de chicos (67,0% frente a un 33,0%), lo que indica que las chicas muestran mayor preocupación en temas de sexualidad.
Quizá en España todavía no somos demasiado conscientes del alcance de la hipersexualicaion precoz de la infancia, por ello, sería necesario abrir este debate para investigar a fondo esta problemática y así poder poner en marcha mecanismos de prevención que ayuden a cambiar una situación con graves consecuencias para las más jóvenes. En 2007 la Asociación de Psicología Americana, denunciaba la tendencia sexualizadora hacia los más pequeños, en 2012 lo hizo el Parlamento Europea, alertando de las implicaciones de la sexualización infantil precoz y sus graves consecuencias la autoestima de las niñas. También en Reino Unido, a través del Informe Bailey, advierten de los peligros que conlleva el hecho de que la infancia esté cada vez más erotizada. Los informes mencionados coinciden en que la sexualizacion precoz de la infancia tiene graves consecuencias psicológicas para las mujeres, destacan los trastornos relacionados con la conducta alimentaria, baja autoestima, frustración, complejos y depresión. Además, desde muy pequeñas, las niñas son educadas en torno a elementos superficiales donde prima la apariencia física en detrimento de su desarrollo personal y profesional;  se les adelantan etapas vitales impulsadas por la presión social; y se abre un espacio que  facilita el abuso y la violencia contra las mujeres.
No cabe duda de que las redes sociales se han convertido en una plataforma en la que los menores intentan conseguir popularidad y aceptación. ¿Cree que los adolescentes se sobreexponen mostrando su atractivo físico, en vez de otras capacidades o aptitudes?
Efectivamente, las redes son el instrumento que utilizan los preadolescentes y adolescentes para proyectar una imagen de ellos.  En las fotos que publican las propias menores exaltan su belleza, utilizan posturas  hipersexualizadas y provocativas para atraer la atención a rasgos sexuales, que en muchos casos, todavía no tienen; y que puede llevar a que adultos se interesen por mantener relaciones sexuales con ellas.
Las menores exponen fotos de ellas mismas de índole sexual con el propósito de conseguir más  “me gusta”, más  seguidores, más visualizaciones de sus vídeos, y ser  popular entre sus iguales,  bajo la falsa idea de que el éxito social depende de una imagen, restando importancia a los valores, conocimientos, etc. No olvidemos que los adolescentes necesitan sentirse integrados por sus pares, sentir que son aceptados y pertenecen a un grupo. Las chicas quieren parecerse a quien admiran, y si las cantantes, modelos, actrices, influencer… representan  a mujeres convertidas en objetos de deseo masculino que al margen sus aspectos personales son valoradas por su atractivo sexual,  será lo que las menores adopten e imiten.
Todos los expertos coincidís en que el papel de los padres y los colegios es fundamental para frenar esta “prisa por crecer” que tienen los niños de hoy en día ¿Qué se puede hacer para prevenir este problema a pesar de la invasión de las nuevas tecnologías de nuestra vida cotidiana? ¿Cómo podemos concienciar a nuestros menores sobre la importancia de la prudencia a la hora de mostrar su intimidad?
Abordar esta problemática necesita un enfoque integral en que participemos diferentes agentes, padres, cuidadores, centros escolares, psicólogos, organizaciones de consumidores, de publicidad, entidades sociales, asociaciones de padres, e incluso al gobierno.
El papel de los padres es fundamental dada su proximidad a los menores, deben educarles en la igualdad, evitando presionarle por su aspecto, concienciándoles de los peligros del mal uso de las redes sociales y ayudándoles a desarrollar su propio pensamiento crítico. Pero, además, debería revisar y filtrar el contenido al que acceden los menores.
Es especialmente importante que ellos entiendan el concepto de intimidad, que hay cuestiones que no se pueden compartir con nadie porque son nuestras. Las relaciones no siempre son para toda la vida, y es delicado compartir información de índole muy privada.
Además ellos deben poder saber, cuando están aceptando amigos en sus redes, si realmente son amigos, o son personas que dicen ser amigos de mis amigos. Al final, el concepto “amistad” en nuevas tecnologías es algo diferente al que utilizábamos antes, por lo que llegar a esta reflexión con los más jóvenes es fundamental. Desconfiar de aquel que no conozco, y quiere ser amigo en la red, es primordial y ante cualquier situación que les llame la atención, contar con el apoyo de sus padres. Que no tengan miedo de transmitir la información, que sepan que yo como padre o madre estoy para apoyarle, aunque me enfade.
Para poder evitar la “prisa por crecer” en nuestros niños y niñas es importante que los primeros que nos lo apliquemos seamos los adultos, los padres, que no tengamos esa urgencia de que lo sepan todo, compitan siempre y tengan que destacar. Tratémosles como niños/as y adolescentes que son, no como adultos que ya saben cómo deben regirse.
Otro aspecto, es la educación en los valores necesarios que nosotros queremos fomentar, ¿qué es lo que verdaderamente importa?, fomentar su empatía por el otro ¿se rechaza a alguien por su físico? y  cuidar lo que nosotros transmitimos en nuestras conversaciones familiares.
Además de los efectos en el desarrollo que puede tener esa “sexualización temprana”, la sobreexposición de la intimidad también puede tener otras consecuencias negativas. Las redes sociales se usan con mucha frecuencia para el acoso entre compañeros, en concreto, en ocasiones se divulgan imágenes íntimas de la víctima para humillarla. Según los datos que maneja la Fundación ANAR, ¿es frecuente este tipo de acoso? ¿Qué consecuencias más frecuentes se producen en la víctima?
Sí, en los últimos años observamos que el ciberacoso se ha incrementado progresivamente, debido a que abre un nuevo escenario para ejercer violencia en cualquier momento y desde cualquier lugar, es de fácil acceso e incluso se puede realizar de forma anónima. Desde el Teléfono ANAR detectamos que en los casos de violencia de género contra menores adolescentes la mitad de las víctimas han sufrido ciberacoso por parte de sus parejas o exparejas. También ocurre en los casos de bullying, si nos remitimos al “II estudio sobre acosos escolar y ciberbullying según los afectados”, realizado en 2016 por la Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña, el 26% de las víctimas de acoso escolar también sufrieron ciberacoso.
Este tipo de violencia genera un gran sufrimiento para las víctimas que lo padecen sintiéndose muy vulnerables. Entre las principales consecuencias destacan los problemas psicológicos, especialmente tristeza, ansiedad y miedo; incluso en los casos más graves detectamos autolesiones e intentos de suicidio. En muchas ocasiones estos problemas psicológicos se extienden al ámbito familiar, cuando los padres ven el sufrimiento de sus hijos y no saben cómo frenarlo.
Desde hace tiempo tienen en marcha el Teléfono del Adulto y la Familia, ¿podría contarnos qué tipo de ayuda se puede encontrar en este servicio? ¿Dónde pueden acudir unos padres que no saben cómo ayudar a su hijo a manejar algún problema que han detectado en el menor, como por ejemplo que está siendo víctima de ciberbullying?
Desde que se puso en marcha el Teléfono ANAR, nos llamaron muchos adultos y familiares que necesitaban encontrar un  servicio de orientación en relación a menores de edad. Sabemos que detrás de un niño con problemas, siempre  hay un adulto que necesita ser orientado. Nos encontramos diariamente con llamadas de adultos que están cercanos a los niños/as, que son conocedores de la situación  y que gracias a ellos, salen a la luz situaciones ocultas que afectan a población especialmente vulnerable (niños por debajo de 10 años), que no pueden pedir ayuda por sí mismos.
Gracias  a un  adulto (vecino, profesor, abogado, viandante, familiar, etc.), se pondrá en conocimiento la situación del menor de edad, en situaciones en ocasiones muy graves de riesgo y desamparo.
Desde el Teléfono ANAR del Adulto y la Familia (600 50 51 52) un servicio anónimo y confidencial, que está activo 24 horas para toda España, los adultos, padres y familiares van a poder encontrar al otro lado de la línea a un psicólogo respaldado por el equipo de abogados y trabajadores sociales que va a poder facilitarle una orientación a nivel psicológico, jurídico y social en relación a su caso. No sólo en temas de ciberbullying, sino también en otras situaciones de violencia, dudas legales, etc... A partir de su llamada, se podrá valorar la derivación o intervención a los organismos competentes.